Surgencia natural en pleno cañón del río Leza, que conforma un paraje de gran belleza donde el agua brota de dos o tres caños en la roca y forma una gran poza de agua clara y transparente.

Cuenta una leyenda, que se transmite de generación en generación, sobre el origen de este manantial que dice que venía el apóstol Santiago de Clavijo en su caballo y que en Trevijano tropezó en una piedra de la Ermita de la Virgen del Pópulo. El caballo se cayó e hincó las rodillas en una roca de tal forma que de allí surgieron los chorros de agua que manan de las Fuentes del Restauro.